Escalada del compromiso

Cuanto más profundizamos en las facultades cognitivas humanas, más cuestionable se volverá con respecto a lo se supone que dar por hecho. Las características de su mente que puede haber considerado completamente racionales, se demuestran como enormes puntos ciegos cognitivos que nos afectan a todos en realidad, de alguna manera. Una vez que se da cuenta que sus facultados de toma de decisiones, su capacidad de categorizar los datos entrantes e, incluso, la veracidad de su propia memoria se ve comprometida, se vuelve claro lo monumental que es convertirse en operador.

Imagínese no solo tener que competir con un oponente magistral, es decir, el mercado en sí, sino además con una vasta región de sesgos cognitivos no examinados y puntos ciegos que son los responsables de su fracaso a la hora de alcanzar su potencial. Repentinamente, su formación como operadores comienza a cambiar de una manera extraña y esotérica, y empieza a entender también que la excelencia requiere una enorme cantidad de trabajo independiente por su parte. Esto es precisamente lo que trata esta sección de psicología bursátil, sacando a la luz algunos de esos puntos ciegos y dándoselos a conocer para que pueda entender cómo pueden afectar a sus operaciones.

El aumento de compromiso, a menudo denominado también falacia de costes irrecuperables, es uno de los puntos ciegos cognitivos más nocivos que afecta el rendimiento bursátil.

Esencialmente, la falacia de costes irrecuperables y el aumento de compromiso se refieren al modo en el que aumentamos nuestro nivel de compromiso en una elección anterior, incluso cuando esa opción no era la línea de acción más óptima. En lugar de ver el coste de esta elección como un fracaso (es decir, capital gastado), tendemos a seguir persiguiendo una ruta en particular con el fin de justificar la decisión tomada, en lugar de reconocerlo como un error y cambiar su curso.

Somos vulnerables a esta falacia en todas las áreas de nuestras vidas. Seguramente que alguna vez ha experimentado el hecho de forzarse a usted mismo para terminar una comida que ha pagado, incluso cuando no quiere comer más, o seguir leyendo un libro que después de 200 páginas no está disfrutando.

”Vicente pagó $1000 en un club de tenis de interior que le da derecho a jugar una vez por semana en la temporada. Después de dos meses, ha desarrollado el codo de tenista que provoca que jugar sea muy doloroso. Siguió jugando con dolor durante tres meses más porque no quería desperdiciar su abono como miembro. Solo dejó de jugar cuando el dolor se volvió insoportable.'

(Mal comportamiento: Todo lo que he aprendido de la psicología económica. Prof. Richard H).

Esto demuestra perfectamente cómo una pérdida percibida puede causar que una persona actúe de un modo completamente irracional, que es mucho más nocivo a largo plazo que asumir el abono como miembro como un coste irrecuperable y seguir adelante. Con toda probabilidad, como comenta Thaler, si un amigo le invitó a jugar al tenis gratis en un club de tenis diferente, habría rechazado la invitación citando que tiene una lesión en el codo como razón.

El ajedrez es otro buen ejemplo en particular que nos acerca ligeramente al mundo bursátil. Imagine que durante una partida de ajedrez logra ganar ventaja sobre su oponente. Usted trabaja para cultivar esa ventaja, colocando a su oponente en una posición cada vez más difícil, pero durante la partida comete un error de juicio y pierde esa ventaja. Muchos jugadores inconscientemente seguirán con la vieja estrategia, que les engañará pensando que todavía poseen la ventaja y seguirán jugando de esa manera, incluso aunque la situación en el tablero haya cambiado.

Esta persistencia en una realidad que ya no es la verdadera les causará que pierdan inconscientemente oportunidades que no se ajustan a esa estrategia particular y les causará finalmente mayores errores que les colocarán en una desventaja aún más grande.

Lo mismo ocurre en las operaciones bursátiles. Generalmente, entramos en un mercado con una estrategia clara en mente, después comenzamos a ignorar todas las indicaciones que sugieren que tal vez hayamos cometido un error de juicio, ciñéndonos a nuestra estrategia inicial a medida que el mercado se mueve cada vez más en nuestra contra.

En ocasiones, una estrategia puede mostrar señales iniciales de éxito, pero después, cualquiera que sea la razón, la dirección del mercado cambia y empiezan a no coincidir con nuestras teorías, ignoramos el cambio y simplemente esperamos que el precio cambie de nuevo a nuestro favor.

Parte de la causa de este comportamiento irracional es que los seres humanos sientes las pérdidas más intensamente o el doble que perciben las ganancias, lo que significa que prácticamente estamos programados para ignorar una operación que está perdiendo el control con rapidez con el fin de evitar cerrarla en pérdidas. No tenemos ningún problema a la hora de cerrar posiciones ganadoras demasiado pronto, porque incluso si hemos perdido beneficios potenciales al hacerlo, nuestra contabilidad mental nos permite marcar esa operación como una ganancia.

Otro factor a tener en cuenta es que los costes irrecuperables se tienen menos en cuenta con el paso del tiempo. Thaler demuestra esto con un ejemplo a través de un estudio realizado por Gourville & Soman con respecto a la asistencia al gimnasio, y descubrieron que dicha asistencia sube justo cuando los miembros reciben su factura y luego va cayendo gradualmente de nuevo porque el coste ya no se presenta como una preocupación.

Por tanto, llega la factura y repentinamente se da cuenta que tiene que aprovechar su valor, o utilidad como miembro, así que empieza a visitar el gimnasio de nuevo de manera habitual, para cambiar a sus modos más holgazanes a medida que pasa el tiempo y el dinero que ha pagado empieza a desaparecer de su memoria.

En otras palabras, cuanto más deje sus pérdidas operar, más se acostumbrará a la nueva situación y más cerca estará de que un movimiento repentino del precio se lleve por delante su cuenta.

Como con todo el material en esta sección de psicología bursátil, el objetivo es hacerle pensar en el comportamiento inconsciente que lleva a cabo mientras opera, con la esperanza de que al ser consciente de ello, sea capaz de reducir sus efectos. Puede hacerlo estableciendo niveles de stop loss y retirada de beneficios estrictos o teniendo un plan riguroso antes de entrar en el mercado, así como la disciplina par no desviarse de ahí en momentos complicados. El conocimiento de los comportamientos inconscientes es el primer paso para corregirlos.